Petrer al dia, 26 Marzo 2013

Este fin de semana, desde la publicación hemos seguido investigando la histórica recuperación del agua de la Mina de Puça, 26 años después de que surgiera por última vez, en 1987. El agua lleva saliendo ya cinco días, en una cantidad muy saludable (20 litros por segundo -1.728 m cúbicos-, un 25% del consumo diario de toda la localidad) y tanto la historia conocida como la palabra de los expertos indican que saldrá durante varios meses.

Una enorme cantidad de agua, pues, de la que ya informamos no está en estos momentos almacenándose en ningún sitio. En circunstancias similares, en aquella última lejana ocasión en que el manantial volvió a brotar, se creó una canalización de pvc que conecta con el depósito general de la localidad, situado más o menos a la altura del Carrefour, con la intención de aprovechar esta agua. La obra finalizó poco después de secarse la mina y nunca se estrenó: sigue sin hacerlo, pues hemos podido comprobar que el agua está discurriendo por la canalización antigua (de origen árabe y objeto sobre su mismo curso de decenas de arreglos posteriores). Puede apreciarse perfectamente en el vídeo que sigue a estas palabras: las imágenes son de la bocamina a 15 metros de la salida de la Mina de Puça. Se observa, pues, la arqueta con las dos conducciones, y la solución obvia, que pasa poner el partidor para desviar el agua de la antigua a la nueva canalización en este mismo punto.


El agua actualmente sigue su curso por la canalización antigua, y puede verse su discurrir en varios tramos descubiertos, en los que ya se aprecia que se comienza a desbordar. Otro punto de pérdida lo encontramos a la altura del Molino de la Reja, a unos trescientos metros; el agua acaba finalmente integrándose en la Rambla de Puça a unos seiscientos metros de la Mina: es el punto en el vídeo donde el chorro de agua surge del tubo. No puede cerrarse (lo intentamos todos los vecinos); en todo caso no importa, pues la canalización ya se degrada totalmente unos metros después y el resultado sería el mismo.

Este caudal ahora fluye por la rambla, propiciando espectáculos como el salto de agua del Molí de la Pólvora, sólo activo -con suerte- una o dos veces al año cuando las surgencias y tabaries de la zona se activan. Así, el rumor del líquido elemento y la reverdecida flora hacían de un paseo por la rambla una deliciosa experiencia, y fueron muchos los vecinos que se acercaron a vivirlo. No obstante, y por muy gratificante que pueda resultar este destino ambiental y ecológico del agua, lo cierto es que es necesario y exigible a las autoridades competentes -ayuntamiento y aguas municipalizadas- un almacenamiento y uso del caudal. En este sentido, estamos hablando de un enorme ahorro de agua para la localidad (quién sabe si podría incluso motivar una rebaja de la factura doméstica); esta buena nueva, en épocas no muy lejanas y como se suele decir, habría paralizado al pueblo.

Las razones de este rebrote todavía están en estudio, pero la explicación más probable es que la extracción de agua del Pozo del Esquinal -que históricamente secó a la Mina de Puça- está muy por debajo de sus posiblidades. En todo caso, desde la publicación hemos podido constatar, también, que estos días sale mucha más agua de la Mina del Pantanet, y un espectacular incremento del nivel freático en el Nacimiento del Badallet.

Seguiremos informando del destino final de este agua -bendito problema para las autoridades